Los oídos de los niños/as presentan unas características particulares que les hacen especialmente vulnerables a las infecciones. Su trompa de Eustaquio, que es el canal que une la nariz y los oídos con la parte posterior de la garganta, es más corto que en los adultos, por lo que el paso de los mocos de la nariz a los oídos es más fácil. Y es en los oídos donde proliferan los microorganismos patógenos y se desarrollan las infecciones. En el caso de los oídos éstas se denominan otitis.
La otitis es la inflamación del oído medio, que presiona sobre el tímpano y ocasiona un fuerte dolor al pequeño. Los síntomas más comunes son: lloros, está nervioso/a e irritable, puede dejar de comer, también es probable que lleguen a supurarle los oídos, que pierda audición (será sólo temporalmente) y que tenga algo de fiebre.
Tratamiento:
- Aplicarle calor seco en el oído calentando un trapo con la plancha (comprueba que no quema).
- Recostarle sobre un par de almohadones cuando le acuestes, para reducir la presión en el oído medio.
- Evitar que se toque el oído malito.
- Cubrirle los oídos con orejeras cuando le saques a la calle.
- Protegerle de las corrientes de aire.
- Evitar que se le mojen los oídos cuando le bañas, poniéndole un gorro de baño (olvídate de los tapones).
Según verifican datos médicos recientes, hay niños/as que son más vulnerables que el resto a sufrir otitis y otras afecciones de oídos:
- Los prematuros y los que nacieron con un peso por debajo de lo normal.
- Los hijos de padres que han padecido o padecen de los oídos con frecuencia.
- Los hijos de padres fumadores y los niños/as que están expuestos a ambientes con humo.
- Los que ya han tenido alguna otitis antes, los que se resfrían fácilmente y los que sufren alergias con congestión nasal.
- Los que tienen vegetaciones.
- Los niños varones, más que las niñas.
Artículo: www.crecerfeliz.es